Fases de un proyecto de ingeniería industrial

1) Visión general del ciclo de vida: inicio, planificación, ejecución, seguimiento y cierre

Cuando arranco un proyecto industrial, pienso en cinco grandes momentos que en realidad se solapan: inicio (definir qué problema de negocio resolvemos), planificación (alcances, riesgos, costes y plazos), ejecución (obras, compras, implantaciones), seguimiento y control (calidad, cambios, seguridad) y cierre (as-built, dosieres y puesta en operación). La diferencia entre un proyecto fluido y uno lleno de “incendios” está en los criterios de salida de cada fase: qué está “hecho” y con qué evidencias. En mi caso, me funciona establecer desde el inicio una WBS clara, una matriz de requisitos (técnicos y legales) y un calendario realista de hitos con margen para revisiones.
Trabajo siempre con BIM como hilo conductor: si algo no está claro en el modelo, en obra será peor. Gracias a esto reduzco improvisaciones, especialmente en interferencias MEP-estructura y accesibilidad de mantenimiento. Además, con un único interlocutor en la coordinación técnica, las decisiones no se pierden entre proveedores; ese detalle, a mí, me ahorra semanas.

2) Ingeniería básica: alcance, P&ID/DTI, criterios normativos (APQ, ATEX, SEVESO)

La básica fija el esqueleto. Aquí defino el alcance técnico y bloqueo las restricciones que luego no queremos descubrir tarde: APQ, ATEX, SEVESO, emisiones, vertidos, ruidos, necesidades de potencia, climatización y PCI. Redacto P&ID/DTI, diagramas unifilares, criterios de cálculo, layout preliminar y requisitos de civil/estructura. En mi experiencia, cuanto más sólida es la básica, menos cambios caros aparecen después. Por eso, suelo convocar desde ya a eléctricas (AT/BT), mecánicas, PCI y civil para cerrar criterios de compatibilidad y accesos: el “ya veremos” aquí se paga carísimo.
Con BIM a LOD adecuado, valido recorridos, alturas, gálibos, radios de giro y mantenimiento. También dejo preacordadas las evidencias regulatorias: qué pruebas y certificados nos pedirán para legalizar cada subsistema. Cuando he fijado esto por escrito, la obra va mucho más recta.

3) Ingeniería de detalle: cálculos, planos IFC/BIM, listas I/O y especificaciones

El detalle convierte criterios en planos, listados y especificaciones ejecutables: memorias de cálculo, modelos IFC, despieces de estructura, armados, cuadros de cargas, listas I/O de automatización, esquemas eléctricos, isométricos, fichas técnicas y pliegos. Aquí controlo el cambio con disciplina: toda modificación pasa por impacto en coste/plazo/seguridad. He aprendido que la coordinación semanal de modelo (clash detection) evita retrabajos y residuos; es más, si un filtro o válvula no son accesibles en el modelo, en la realidad tampoco lo serán.
En paralelo documento los protocolos de pruebas que exigiremos en puesta en marcha (FAT/SAT) y los criterios de aceptación. Así el proveedor sabe a qué atenerse y yo evito discusiones de última hora.

4) Permisos y legalización: obra, actividad, AT/BT, PCI, aparatos a presión, fotovoltaica

La parte legal no es un “paperwork” final: corre en paralelo al diseño. Tramito licencia de obra y actividad con memorias claras de energía, residuos y seguridad. En instalaciones, preparo expedientes de AT/BT, PCI, aparatos a presión, fotovoltaica, y lo que aplique (higiénico-sanitario, ruidos, ambiente). Mi truco es una checklist de evidencias: certificados de materiales, conformidades, cálculos firmados, EPI/EPIs específicos, pruebas de presión, actas de pruebas y planos sellados.
Cuando he llevado la legalización en paralelo al detalle, he evitado parones por requerimientos inesperados. Y sí, tener a dirección facultativa y coordinación de seguridad dentro del mismo engranaje reduce contradicciones entre “lo proyectado” y “lo que admite la normativa”.

5) Ejecución e implantación de equipos: bancadas, potencia, modificaciones estructurales

En obra, mando sobre tres frentes: secuenciación, calidad y seguridad. Para la implantación de equipos preparo bancadas y cimentaciones especiales, refuerzos estructurales si toca, rutas de transporte e izado, y adecuaciones de potencia (centros de transformación, cuadros, protecciones). En mi experiencia, modelar en BIM la maniobrabilidad y los accesos de mantenimiento evita golpes, desmontajes y retrasos.
Coordino compras con el look-ahead de obra y cierro pruebas intermedias (hidráulicas, eléctricas, estanqueidad, presiones). Legalización y obra deben respirarse: por ejemplo, no cierro un falso techo hasta tener pruebas de PCI y as-builts parciales listos. Si necesitas acompañamiento integral, aquí explico cómo trabajamos en servicios de ingeniería y arquitectura industrial para que el diseño y la implantación vayan de la mano.

6) Puesta en marcha: FAT/SAT, pruebas, seguridad y documentación

La puesta en marcha valida que el sistema funciona seguro y conforme. Primero FAT (en fábrica) cuando es posible; después SAT en campo con protocolos, consignaciones LOTO, y medidas verificadas. Verifico listas I/O, lazos de control, alarmas y enclavamientos. Algo que me ha dado mucha paz: acordar los criterios de aceptación por escrito en el detalle, así en SAT solo comprobamos.
Cierro además formación de operarios y plan de mantenimiento. Capturo consumos base, ajustes de control y alarmas para que el equipo de operación parta con datos, no con intuiciones.

7) As-built y cierre: modelo final, dosier de legalización y entrega de manuales

El as-built es el espejo de lo ejecutado: planos finales, modelo BIM actualizado, esquemas, isométricos, rutas de cables y bandejas, etiquetas y listados I/O definitivos. Entrego el dosier de legalización completo y manuales, con plan de mantenimiento y repuestos críticos. En mi caso, dejar esto redondo reduce llamadas y acelera auditorías posteriores.
El cierre incluye lecciones aprendidas y, si procede, una revisión post-ocupación para ajustar set-points y detectar mejoras de eficiencia.

8) Errores típicos y cómo evitarlos (con BIM)

  • Subestimar la básica: los costes ocultos salen en obra.

  • Legalizar al final: provoca parones; mejor en paralelo.

  • Implantaciones sin logística: modela rutas e izados; planifica cortes eléctricos.

  • As-built “para salir del paso”: penaliza mantenimiento y futuras ampliaciones.

  • Cambios sin control: implanta un proceso de cambios con impacto en coste/plazo/seguridad y refleja todo en el modelo.

9) FAQs

¿Qué diferencia hay entre básica y detalle?
La básica fija criterios y alcances (normativos y funcionales); el detalle produce documentos ejecutables y medibles.
¿Cuándo hago FAT/SAT?
FAT antes del envío (cuando aplica) y SAT tras la implantación, siguiendo protocolos pactados en el detalle.
¿El as-built es obligatorio?
Más allá de requisitos, es clave para operar, mantener y legalizar ampliaciones sin dolor.


Conclusión

Un proyecto industrial fluye cuando la básica blinda criterios, el detalle convierte decisiones en documentos sólidos, la legalización corre en paralelo, la implantación se planifica en BIM y la puesta en marcha valida con protocolos claros. Con esa cadena, el as-built deja de ser un trámite y se convierte en la base de la operación.

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